Al final, esperé pero no cayó la gota, sólo se deslizó lentamente hasta desaparecer. Efímera y delicada como tantas gotas que no podemos retener, pero dulce al fin. Por lo menos nos dejan ese sabor.
No fueron Hilda Bernard y Fernando Siro, fueron Carolina Papaleo y Raúl Taibo a los que miré por la pantalla de mi televisor. El gran Paz Martínez colaboró a incrementar sus seguidores. No no! Equivocado, no es aquí señor.
Porque será que siempre que la buscamos está oscuro? Prederán el encanto con la luz solar? Sería mejor prestarles atención en todo momento mejor. PD: Si hacen click en la foto... no van a ningún lado les aviso. No es mi salida... es mi entrada.
Existen? Están revoloteando hace rato, no se desde cuando; porque casi ni los vi, a mis ángeles de la soledad, que contrariamente a su causa... van de a dos.